No se confunda el lector; la ilustración no es una alegoría al sangriento pasado de los Khmer Rojos de Camboya, ni las banderas rojas simbolizan ningún acto de masas comunista, socialista o sindicalista del pasado reciente. No. Tiene vigente actualidad. Son manifestantes que derraman sangre recolectada entre miles de ellos. Esto ocurre actualmente en un país asiático, Tailandia; pero podría ocurrir en cualquier país tercermundista, (incluso del primer mundo) donde el envilecimiento de la democracia ha dejado el camino expedito para que cualquier “Magnate” se haga del puesto de la primera servidumbre del Estado.
En este blog, hace más de un año, reflexioné sobre el escenario tailandés, por varios motivos: Tailandia es un país que en la última década del siglo XX fue considerado por el neo liberalismo como un “tigre capitalista” del tercer mundo, junto a Corea del sur China y Japón. De otro lado, el Perú y Sudamérica, en los tiempos de Fujimori, tuvieron como ejemplo a seguir el milagro de la competitividad asiática. El Perú no solo se adhirió al modelo, sino que en un exceso, —para ser igual que ellos—, puso como presidente a un ciudadano natural de Asia: Alberto Fujimori. Éste, como sus pares asiáticos, (ver http://larepublica.pe/blogs/jano_mundano/2009/05/07/mister-fujimori-y-sus-pares-en-el-mundo/ ) tuvo en sus primeros años un éxito arrollador; aunque de todos los tigres de esa época, salvo Shinawatra, (ver http://larepublica.pe/blogs/jano_mundano/2008/12/20/mister-thaksin-billonario-y-apatrida/ ) es el que peor está terminando sus días: preso en Lima, Perú, por corrupto y violador de los derechos humanos.
En diciembre del 2008, aquí en Jano Mundano, dejamos a Thaksín Shinawatra con una petición de divorcio, paradero desconocido y con 2,100 millones de dólares congelados en sus cuentas bancarias de Tailandia. Desde entonces se mantuvo con un perfil bajo hasta que en noviembre del 2009 saltó otra vez a las primeras planas mundiales: de billonario congelado y clandestino, a “asesor” financiero del gobierno de Camboya.
Toda una noticia por dos motivos: cómo es que un ex ricachón tailandés caído en desgracia, que ha perdido prácticamente todos sus valores bursátiles legales, puede terminar siendo “asesor” de un vecino país, Camboya, al que la mayoría de tailandeses considera hostil y con quien mantienen hasta ahora insuperables diferencias limítrofes.
(Quienes quieran encontrar aquí paralelos entre Fujimori en Japón; probable pérdida de su estatus de protegido japonés y ulterior viaje a Chile, “pa’ estar cerca del Perú”; con Shinawatra en Inglaterra; pérdida de su estatus de residente y ulterior viaje a Camboya, “pa’ estar cerca de Tailandia” pueden hacerlo con la comodidad que dan los hechos).
En febrero de este año, el fallo definitivo de la Corte Suprema Tailandesa, expropia a Shinawatra y en favor del Estado tailandés 1,391 millones de dólares de los 2,100 millones previamente congelados. Y Aquí comienza la “protesta democrática”. “Súbitamente” el pobrísimo campesinado tailandés, descubre que no hay democracia. Y no es difícil imaginar cómo “súbitamente” aparecen ómnibus y camiones para acarrearlos en marcha democrática hacia la capital Bangkok.
“Súbitamente”, los pobres de solemnidad reciben como uniforme democrático, polos y winchas rojas; y como espíritu de lucha el infaltable refrigerio con bebidas suficientes para soportar el calor. Se sabe que han dejado sus chacras, los hijos y el ganadito; que les han dicho que son el ejército de la democracia tailandesa y que su misión es hacer caer al gobierno antidemocrático de los polos amarillos (monárquicos, militares y servidores públicos) y que no regresarán de vuelta al campo hasta que la dictadura sucumba.
Lo que no se sabe es cuántos miles de estos cien mil “campesinos” tailandeses, uniformados ahora como “los polos rojos” que en estos días son parte del “Frente Unido para la Democracia y contra la Dictadura” y que protestan contra el fallo judicial a Shinawatra, fueron hace un año miembros de la “Alianza del Pueblo para la democracia”, uniformados con “polos amarillos” que tomaron los aeropuertos de Bangkok hasta que el gobierno títere del mismo Shinawatra que hoy defienden, colapsara hace más de un año. Ver http://larepublica.pe/blogs/jano_mundano/2008/12/09/tailandia-de-viaje-al-aeropuerto/
A la luz de los hechos, resulta evidente que el magnate Thaksin Shinawatra ha alquilado a la portátil de masas más grande del mundo para hacer esta vez un acto extremo: quitarse la sangre y transfundirla no a un organismo vivo sino al negro asfalto, o sea a las calles y no a cualquiera sino a aquellas que lo lleven de nuevo al poder: la casa del Primer Ministro y la frentera del Palacio de Gobierno de Bangkok.
- Puestos a establecer analogías y dada la carencia de estudios formales del autor de este blog, siéntase libre el lector y juegue a emparejar patronímicos y topónimos como Berlusconi, (Italia), Porfirio Lobo, (Honduras), Piñeira, (Chile), Shinawatra, (Tailandia) con el sustantivo abstracto Democracia.
Cabe también emparejar “lucha de masas” para “retorno” de la democracia con los patronímicos Ivcher, Toledo y el topónimo, Perú.
Y como yapa: “Trabajar de trueno, para que a otros les llueva”.
Publicado originalmente en LaRepública.pe