Elecciones Perú

La derecha gana, fácil

Estudio de campo

Finalizando los últimos meses del primer gobierno de Alan García, (1990), los círculos académicos de Estados Unidos recomendaban a sus pupilos viajar al Perú y aprender en vivo, lo que era una inflación galopante.

No les faltaba razón. La gente para hacer la compra diaria iba primero a los bancos a sacar la plata justa para el día; no sabían cuánto iban a costar las cosas por la tarde ni a la mañana siguiente y como los intereses de los ahorros bancarios, también subían diariamente a un ritmo ligeramente menor, algo de capacidad adquisitiva podía salvarse.

Es una pena, ahora que, por motivo de la pandemia, el Perú no pueda añadir una nueva atracción turística distinta a Machu Pichu. Podría explotarse el nicho educativo; digo turismo académico, donde jóvenes pudientes y de mente brillante podrían aterrizar en el país y vivir in situ todas las bondades de un sistema donde campea la educación privada, la salud privada, el transporte público privado; el imperio de la oferta y la demanda llevada hasta sus extremos más inimaginables.

Los visitantes podrían explorar un territorio donde se aprecia la fortaleza de las instituciones democráticas; el fino mecanismo de pesos y contrapesos que permite la deliciosa armonía entre quienes mandan y aquellos que legislan. Con la maravillosa aquiescencia de quienes juzgan con esas leyes. Y con el concurso de quienes regulan la elección y participación de todos los personajes de tan magna relojería social.

Revoloteando cual dichosos pájaros sobre estas instituciones, se puede apreciar el concurso papelero, radial y televisivo de los medios de comunicación, auténticas Máquinas de la Verdad, al que se suma el canto coral menor de dos entidades de alto valor rector y moral: la tal sociedad civil y una tal abogacía del Pueblo.

Preparación del Apocalipsis

Pero como Dios nunca olvida y además escribe chueco, a aquellos que todo les ha dado, —para probar su temple—, les infunde ceguera para que no vean lo que han hecho, ni por donde van. No es raro entonces que la fe en su obra y los beneficios que les reporta tambaleen y les sobrevenga un pánico descomunal.

A este proceloso mar de angustia y desesperación han llegado los privilegiados de la armonía descrita anteriormente, y aquellos que de tanto sobar el lomo del privilegio, soñaban entrar algún día en tan selecto grupo.

Todos ellos son quienes, — durante los últimos 30 años—, creían haber estado conduciendo las riendas del modelo de usos, costumbres y pensamientos en el Perú.

Habían puesto al frente de los supuestos gobiernos soberanos a un mamarracho tras otro; al poco tiempo éstos caían como palitroques; (bien en la cárcel; o bien en la tumba; o bien en otro calvario judicial), pero los beneficiarios, seguían montados sobre el caballo del modelo.

Y tal como reza su sagrada Constitución, de consultar a la poblada de cuando en cuando, otra vez convocaron elecciones el pasado  11 de abril para elegir un nuevo mamarracho; y de un abanico de 18 candidatos, —para inflamar más su miedo—, terminan como finalistas, la hija del presidiario, ( ex presidente del Perú, Alberto Fujimori), Keiko Fujimori , (ella misma con la condición de presidiaria también, pero con goce de licencia para campaña electoral);  y un indio mestizo que encima, tiene su propio caballo y riendas; y que además va muy por delante de la dinastía carcelaria.

Las atracciones del tour académico

De haber sido posible esta apertura del Perú al turismo académico, Con el párrafo anterior, los hipotéticos alumnos viajeros ya debieran estar de lleno metidos en ambiente. Qué excitante, podrían tener la oportunidad de ver un lance medieval, en pleno siglo XXI, con todos los componentes exóticos del realismo mágico de estas tierras; en un bando un modesto profesor rural montado sobre un potro de quién sabe qué genética y por el otro bando un fino pero brioso corcel con un jinete que algunos prefieren invisible y que otros ven a una tal Juana de Arco china, llamada La Libertad del Perú.

La lanza del emprendimiento

Bueno, diría el guía, el encontronazo entre uno y otro jinete, —como supondrán— es el evento final para el día 6 de junio, por ahora solo se puede apreciar la armadura de cada jinete; uno no lleva yelmo sino sombrero cajamarquino pero su protección principal es la rabia popular; la otra, aunque lleva mochila carcelaria en la espalda, por el pecho la protegen los canales de televisión, periódicos y redes sociales. Pero ella en vez de rabia, tiene —entre otras armas— unas poderosas lanzas que va a llevar en ristre ante cada embestida en la lid final.

La mayor lanza que porta es un éxito mundial para el mundo académico y económico. En vivo y previo al combate, —seguiría diciendo el guía—, van a apreciar ustedes como en nuestro país, la lacra del desempleo ha desaparecido.

En efecto, la trillada discusión y materia de encarnizados debates políticos y sociales en cada país: “¿por qué subió el paro?; no, que no ha subido; que el número de desempleados sólo ha caído unas décimas”.  Esta verborrea retórica no existe en el Perú. En el modelo económico iniciado desde Fujimori con Fujimori y lo que le ha seguido el fujimorismo sin Fujimori, la desocupación laboral, no existe.

Acá solo existen emprendedores; por ejemplo, los vendedores ambulantes no están en paro, ¡Son emprendedores que están trabajando! Cualquier taxista no es una persona que únicamente vive al día para pagar la gasolina, el alquiler o la cuota de pago del vehículo, y el gasto del diario sobrevivir. No. ¡El taxista es un pequeño empresario! y feliz dueño o inquilino de un medio de producción dedicado al servicio del transporte.  ¡Es pues un emprendedor!

Aquí, —añadiría el guía—, la gente se supera, joven turista, los policías, los maestros; no es que tengan dos o tres trabajos porque su sueldo no les alcance, ¡es gente que quiere superarse.

En nuestro país no solo damos valor agregado a las mercancías; el propio peruano se multiplica por dos o tres o lo que dé el cuerpo, para añadirse él mismo, naturalmente, más valor agregado personal.

Incluso los carentes de puesto de trabajo tienen tan alta autoestima que nunca se dan por derrotados: “Trabajo por mi cuenta —dicen un poco por vergüenza y otro poco por timidez— “, pero lo que son es otra cosa: emprendedores free lance.¡ Eso es lo que son!

La lanza del crecimiento económico

Reza la Santa Biblia, que en el principio estuvo el Verbo. Jóvenes estudiantes, —añade ya en tono de predicador, el guía—, aquí tenemos algo que es digno de la curiosidad lingüística. En el modelo que sale a batirse victoriosamente este 6 de junio, se demuestra lo contrario del sacro texto. Aquí, en el Perú, en los últimos 30 años, en el principio no estuvo el verbo, sino algo más importante: la Sustancia, o sea el sustantivo; me refiero al Crecimiento; es el único sustantivo que supera las limitaciones sintácticas y semánticas de la lengua.

Aquí crecimiento es vocablo y verbo a la vez.

En ningún idioma se conjuga la lengua con tanta riqueza.

Se conjuga en tercera persona del género abstracto: “El Perú crece”. Este artificio lingüístico tiene una variante de primera persona del plural reducido; o sea, “Nosotros crecemos”, vale decir, Nos, la horda dorada de privilegiados crecemos”.

Si es mucha la sustancia que crece, el vocablo, ya cayendo, hace un tropo morfológico y muta, por cercanía a la fuente del crecimiento, en chorreo. Y en este caso, la conjugación va en segunda persona del plural —también reducido— “A ustedes, les chorrea”.

Finalmente, si la sustancia/crecimiento se reduce; entonces la conjugación asume un carácter dual y extensivo para la segunda y tercera persona del plural: “Ustedes y ellos se resignan”.

Y si la cosa se aprieta mucho, queda un vulgar y lacónico: “ustedes,  y ellos, ¡jódanse, y ya!”

La lanza del Periodismus poliedris Sapiens

Señores visitantes, no me cabe la menor duda, que a estas alturas de nuestra excursión ustedes estarán preguntándose, cómo un país que hasta hace 30 años estaba todavía en vías de desarrollo ha alcanzado semejante milagro económico y lingüístico; pues, muy fácil.

En efecto, aquí no contamos con supercomputadoras, no estamos tan avanzados tecnológicamente, especialmente en la recolección de data relevante para el descubrimiento científico, tal como hacen ustedes con sus modelos algorítmicos de simulación que tantos éxitos les han dado, especialmente en el diseño y producción de vacunas y super antibióticos.

Es verdad, que eso nos falta, lo reconocemos, pero nosotros, fieles al legado de Margaret Thatcher, sabemos que el Perú no es una sociedad, sino un mercado. Pero a falta de ciencia y verdad, hemos desarrollado la gran tercera lanza de ataque, que desde ya pueden apreciar en vivo, ahora mismo.

Nosotros no hemos desarrollado, — como los cubanos—, una vacuna Covid Soberana; sino nuestra soberana especie científica total, cuyo nombre, un latinajo que preside este párrafo en negrita y que hemos creado aquí mismo, refiere a como la información de cualquier índole, cuando surge de nuestros hombres y mujeres encargados de la comunicación, adquiere una rotundidad verídica que ningún científico del mundo osaría rebatir.

Que si se trata de salud pública; ellos lo saben todo; que si de economía, Adam Smith, John Maynard Keynes y Milton Friedman, se convierten en pigmeos. Que, si de historia se trata, pues Herodoto y Julio C. Tello, son estatuas en piedra.

La piedra filosofal, en manos de nuestros comunicadores sociales, al revés de obtener el precioso metal, todo lo que toca, lo convierten en sabiduría.

Y ya como dato anecdótico, le refiero que en este país ya no existen los odiosos plumíferos. Aquí se ha desterrado la pluma y el teclado por el micrófono; estando disponible la facilidad de dictarle al celular, o a la PC para que escriban el artículo o la columna, aquí ya hemos prescindido de las teclas, por lo puro teclas que están.

Es tanta la maestría de nuestros comunicadores, —agrega ya un poco jadeante el guía— que apenas deje este trabajo turístico y que nuestra sacrosanta Constitución lo permita, voy a presentar una iniciativa, para que se supriman los procesos electorales en el país, a fin de que no nos hagan perder el tiempo a los iletrados y que la elección de las autoridades y de los técnicos gubernativos, sean elegidos por el Circulo de periodistas o como se llame ese ilustre colegio.

Si todo falla, la última carta en un país medularmente racista

En un entretiempo del tour y mientras los turistas hacen un alto en las jornadas, saboreando las delicias de la comida peruana, charlando maravillados por todas las alegorías referidas, el guía se aparta discretamente del grupo y ya lejos del bullicio se envuelve en cavilaciones con este monólogo interior:

“Una cosa es lo que digo, pero otra muy distinta es la realidad. Con las últimas encuestas, la situación está muy cuesta arriba para la derecha, y si las máquinas de la verdad no pueden añadir valor agregado a sus mentiras, el electarado va a acabar por hundir el trabajo de todos estos treinta años…”

Y le viene como un relámpago esta idea: “Si el competidor contra la libertad ha sido inmune a las acusaciones de terrorista y comunista, sólo va a quedar acusarlo de ‘Indio’, que esa acusación sí que es cierta, ¡claro!, —se dijo.”

Y a nuestro hipotético guía le sobreviene un ataque de desdoblamiento o, llámese si quiere un brote de valor agregado personal y de su propio yo, sale otro adicional, dobleteándose, multiplicándose, (como hacen los peruanos pobres para sobrevivir), y este otro yo le replica: “los peruanos ya votaron por un indio; ¿no te acuerdas de Toledo en 2001?…”

El bullicio de los comensales se empieza a asordinar, y las imágenes de los jóvenes del turismo académico se difuminan lentamente; el yo inicial del guía; y su yo agregado se han quedado lelos…

Y como mucho puede, quien mucho quiere, a modo de un cachuelo de la mente irrumpe del mismo guía un tercer yo, resoluto y triunfante: “¡Están mal! —les increpó— están muy equivocados, Toledo, aunque indio, ganó por estar rodeado de blancos; esposa gringa judío belga, y amigos como los Vargas Llosas, los Gorritis, los Mohmes, los Miró Quesadas, los Delgado Parkers, los Pollacks, los Maimans y así, gentes de esa laya…

En cambio, este nuevo candidato, es un indio, ¡rodeado de indios!, así ¡ya está jodido!”

—Los peruanos no somos indios —exclama gritando, un yo.

—Acaso mestizos… pero muy poco —agrega el otro yo.

—Pero mejor hay que asegurarse que no se pueda ir borracho a votar. No vaya a ser que les entre el “cholo soy… y no me compadezcas…” y lo joden todo—dice el tercer yo.

¡Ni hablar!, ¡acusarlo de indio será fundamental!  Ya con esto tenemos todo atado con triple nudo y bien amarrado, la derecha con la Chinita, gana fácil este próximo 6 de junio, —dicen los tres en uno.

 

Este Post fue publicado el 06/05/2021

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2 Responses to

  1. Gustavo León Alvarez dice:

    Los emprendedores privados actúa ñn donde el estado es ineficiente, osea en todas las actividades. Ahí encuentran un nicho de mercado y procura dar mejores servicios que en algunos casos son de peor calidad. En el caso de salud atienden entre el 15 a 20% de la población, los demás se atienden en Essalud, SIS o nadie los atiende.
    La referencia divina creo que es: Dios escribe recto entre líneas torcidas.
    Toledo era un cholo,como la mayoría de nosotros, mestizos,criollos lo podemos ser, pero resultó siendo un vil traidor a su clase cuando la mayoría de los cholos somos trabajadores, honestos (espero) y nos rajamos el lomo por una vida digna para nuestras familias
    El 6 de junio hay una lucha entre dos extremos, pero Castillo va a tener que cuidarse no sólo de su rival sino también, especialmente, de su escudero Cerron que en cualquier momento le puede clavar una daga donde el yelmo no lo protege: la espalda. Así habrá caído víctima de su ingenuidad política, pero preferible que muera en autosacrifio, sin querer imitar al compañero Alan, que ser usado como muñeca si saliera elegido presidente.
    En anteriores elecciones hemos votado por el mal menor, ahora frente a estos extremos, cualquiera sea nuestra elección lo haremos con la nariz tapada. Amén

  2. Alejandro dice:

    Gracias por tu comentario, Gustavo.
    Este 6 de junio, las urnas no tienen por qué ser terminales de las sentinas y desagües de la sociedad peruana. Esta vez, a diferencia de otros años, ya no hay que taparse la nariz; solo hay que llevar mascarilla y lápiz. Y vota tranquilo y limpio, maestro, por quien tú prefieras; que el Perú no va a desaparecer al día siguiente.

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